Vayan, pues,a las gentes de todas las naciones, y haganlas mis discípulos...
Jesucristo (Mateo 28:20)
¿Imaginate lo que le ocurriría a la iglesia de Cristo si la mayoría de sus miembros continuaran el programa discipulador que Jesús estableció al llamar a sus discípulos? ¿Que pasaría si los que asisten a los templos fueran amados, equipados, y retados a crecer como lo hicieron los primeros discípulos?
La alimantación espiritual y el crecimiento personal hacia la madurez en Cristo demanda una vuelta concienzuda hacia los métodos que practico el Gran Maestro. Hoy se hace necesario mantener relaciones afectivas honestas y transparentes, así como centrar todas las enseñanzas que modelemos en la Palabra de Dios. La manera mas adecuada para dar este seguimiento y mantener estas relaciones con las personas es atraves de pequeños grupos de crecimiento y multiplicación. Así lo modelo Jesús con sus doce y así estamos llamado a imitarlos nosotros sus seguidores.
Discipulado es el seguimiento que un creyente cristiano maduro en la fe, ofrece a otros menos maduros; esta experiencia puede desarrollarse de múltiples manera. Podemos considerar una relación intencional de un grupo pequeño ( 2-12 personas) con el objetivo de crecer en profundidad y madurez en Cristo.
Procuremos entrar en el modelo de Jesús, encaminemonos hacia un discipulado comprometido; permitamos que los nuestros sean grupos pequeños que crecen y se multiplican con vigor.
